La Virgen del Rocío recorrió las calles del engalanado pueblo Almonte como cada siete años marca
la tradición, dando como punto y final a su estancia en la localidad onubense.
La Virgen lucía en uno de sus varales un lazo y negro y otro blancao en memoria del padre y la niña asesinada el pasado lunes en esta localidad. Al regresar hasta el presbiterio una vez concluida esta salida extraordinaria, se guardo un minuto de silencio por sus almas.
Más de medio millón de personas procedentes de toda España han asistido, albergando su mayor número sobre todo en las últimas horas, a medida que avanzaba la tarde a pesar del calor tan sofocante sufrido en esta jornada, según un informe de la Guardia Civil.
Doce horas duró la procesión, miles de personas, acompañaban a la Blanca Paloma.
El Domingo 12 de Mayo, la Virgen del Rocío, esta vez vestida de Pastora, hará su traslado hasta su ermita en la Aldea del Rocío, para que el lunes de Pentecostés haga su procesión anual.
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